¡Hola! Me llamo Charles Robert Darwin y quiero contaros la historia de mis viajes y todo lo que descubrí viajes y todo lo que descubrí en ellos, que me llevó en ellos, que me llevó a desarrollar mi famosa TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN. ¡Seguidme!. Nací en Sherewsbury al oeste de Inglaterra el 12 de febrero de 1809. Formo parte de una familia acomodada y vivo en una gran casa de tres pisos, con cuadras y un gran jardín. Mi madre Sussana nos dejó cuando yo tenía 8 años. Mi padre Robert Darwin y mi abuelo Erasmus Darwin fueron médicos. Aunque no llegué a conocer a mi abuelo, sé que fue una persona sorprendente, culta e inteligente. Se interesó mucho por las ciencias naturales y tuvo algunas ideas muy avanzadas para su época, ya que escribió sobre las relaciones existentes entre las especies y los cambios que muchos animales realizan en respuesta al ambiente. Pero mi abuelo mencionó sólo de paso estas ideas.
Fui un niño curioso a quien le encantaba la naturaleza, mis primeros años los pasé en el jardín y en los bosques cercanos coleccionando insectos, rocas, huevos, escarabajos y hojas. Pero la escuela ¡vaya un aburrimiento!. Dicen las malas lenguas que tenía muy pocas luces y que siempre estaba tramando travesuras. Pero también me gusta la química y por eso echo una mano a mi hermano Erasmus, con la instalación de un laboratorio de química en el cobertizo del jardín. Nos pasamos largas horas haciendo experimentos. Aprendo muchas cosas. Me gusta tanto hacer experimentos que mis amigos me llaman “gas”.
De joven estudié medicina, pero no me gustó, también empecé la carrera eclesiástica pero tampoco me gustó. Entonces conocí a John Henslow quien me dio clases de botánica y me recomendó como naturalista para ir a bordo del Beagle, en su viaje alrededor del mundo. El capitán del barco, Robert Fitzroy, me hizo una entrevista un poco tensa, que aprobé por los pelos. Bueno, por los pelos y ¡por narices! ya que el capitán creía poder saber el carácter de una persona por la forma de su nariz… (Ver más)